La vida un día cualquiera,
las misma miradas
los mismo ladrillos pisados
en las aceras un día
cualquiera.
El mismo kiosco de bajo
del árbol que hay en la plaza
un día cualquiera.
Los niños pasando que
van a la escuela,
y los jubilados hablando
en la esquina de sus vatallitas
un día cualquiera.
Una mirada triste
a DIOS ya nos vemos un
un día cualquiera,
como asustado el pensamiento
que la muerte espera
silenciosa la
vida un día cualquiera.
Nicolas Galindo.
Poeta/19/11/2020.
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